Que hay que llevar cuidado en las carreteras, lo sabemos todos. Que hay que aumentar la precaución ahora que vienen vacaciones, es todavía más cierto. Y si encima las condiciones meteorológicas no son las adecuadas, cualquier precaución es insuficiente.
Por eso, una agencia de Nueva Zelanda está implantando por las carreteras neozelandesas unos carteles de aviso un tanto peculiares a la par de directos. En ellos, se puede ver la cara de un niño. Pero cuando llueve, el cartel recoge el agua de lluvia, la tiñe de rojo y la saca por los ojos y la nariz del niño, causando el efecto de sangrado tras un accidente.
Una curiosa en ingeniosa idea para ver si concienciamos más a esos conductores que se juegan la vida en la carretera.
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